"Lamentablemente se quedó mirando todo el partido. Yo le dije que se vaya a dormir, pero es chiquito y no me hizo caso", fueron las palabras del padre de este niño, un hincha del Manchester City que vive en Londres. El pequeño estaba contento con el triunfo parcial de su equipo ante el clásico rival. Pero luego sucedió lo que todos ya saben. Al entrenador se le enfrió el pecho y, ganando 3 a 0, tuvo que conformarse con un 4 a 4.
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